Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1860-1861 (Cortes de 1858 a 1863)
Sesión: 30 de enero de 1861
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Discurso
Número y páginas del Diario de Sesiones: n.º 84, 1.365
Tema: Asuntos de Italia

El Sr. SAGASTA: Pido la palabra para dirigir una pregunta al Gobierno de S.M.

El Sr. VICEPRESIDENTE (Monares): La tiene V.S.

El Sr. SAGASTA: Hace cerca de dos meses que tuve la honra de anunciar una interpelación sobre la conducta política seguida por el Gobierno en los acontecimientos de Italia. El Sr. Presidente del Consejo de Ministros, ministro interino de Estado, contestó entonces que no podía decir que estaba dispuesto el Gobierno o que se explanase esta interpelación porque se hallaba en el Senado ocupado en un proyecto de ley que allí se discutía. Este proyecto ha concluido de examinarse en el otro Cuerpo colegislador y la presencia en él del Sr. Presidente del Consejo de Ministros, Ministro interino de Estado, no es ya tan necesaria. Sin embargo, he estado esperando algunos días más a que el Gobierno dijera si estaba dispuesto a contestar a mi interpelación; pero en vista de que no sucede así, me levanto en este memento a recordarle simplemente dicha interpelación por si acaso se le había olvidado.

No he querido creer lo que por ahí se dice de que el Gobierno está esperando la resolución que los acontecimientos tengan en Italia para hablar de este o del otro modo según sea esa solución, porque no puedo creer esto de las ideas fijas, profundas y arraigadas que tiene el Gobierno de la unión liberal.

(Habla el Sr. Presidente del Consejo de Ministros Duque de Tetuán.)

El Sr. SAGASTA: El Sr. Presidente del Consejo de Ministros habrá observado que no le he dirigido cargo alguno; al contrario, he manifestado que por ahí se decía que se esperaba a ver más claros los acontecimientos para adaptar la política que se creyera más conveniente. Lejos pues de dirigir cargo alguno al Gobierno, le he defendido diciendo que no lo creía, porque en esto como en todo tiene bien definida su política. No sé por tanto por qué me ha contestado S.S. en ese tono, cuando mas bien he hecho favor al Gobierno.

Por lo demás, sé que el Gobierno tiene el derecho de contestar cuando lo tenga por conveniente a la interpelación, y hasta el de no contestar. Pero eso no obsta para que yo, fundándome en la declaración que S.S. hizo cuando anuncié la interpelación, viniera a decir lo que he dicho, y es que S.S. se ha olvidado da la interpelación, porque como S.S. dijo que la contestaría cuando se acabase la discusión que había pendiente en el Senado y ésta se ha concluido ya, por eso me he levantado a recordarle su promesa.

S. S. me dice que yo tengo un medio en el Reglamento para abordar esa cuestión; pero yo no he querido usar de ese medio y creo que tampoco el Gobierno debía quererlo, a fin de que esa cuestión se debatiese con toda la extensión, con toda la amplitud que debe tener. Porque claro es que yo no me he de contentar con pronunciar un discurso sólo por el gusto de pronunciarlo; pues cuando yo me levanto aquí a hablar, no lo hago por el gusto de hablar, sino porque tengo el deber de hacer que se diluciden aquí esas grandes cuestiones, que el país sepa la opinión del Gobierno respecto de ellas y de qué manera piensan los señores Diputados. Por eso yo no quería usar del medio que me concede el Reglamento, y sí deseaba que el Gobierno señalase día para contestar a la interpelación, abriéndose un debate solemne.



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